Locales y viajeros se reúnen por las tardes en la Glorieta Rodolfo Sánchez Taboada, mejor conocida como El Clavadista. Este, es un mirador al pie de un acantilado de poco más de 14 metros de altura que recibe a valientes hombres que quieran romper las olas del océano pacífico haciendo gala de sus mejores saltos. El espectáculo inicia a medio día y finaliza poco antes de medianoche.
Esta tradición, que inició en 1960, es muy similar a la de La Roqueta en Acapulco, Guerrero. Sin embargo, al pasar de los años, los clavadistas de Mazatlán también han ganado popularidad y hoy en día logran reunir a grandes multitudes, sobre todo por la noche cuando añaden un toque especial saltando con antorcha en mano.
La tensión del público se siente antes del meticuloso salto, pues en el trayecto existen rocas que, con el golpe de las olas del mar, se han afilado al pasar de los años. Los clavadistas son ovacionados una vez que deciden realizar su hazaña y son recibidos con vitoreo una vez que emergen del océano.
Definitivamente la mejor hora para observar la pericia de estos clavadistas es al atardecer. Los espectáculos son gratuitos, sin embargo, los participantes aceptan propinas.
Locales y viajeros se reúnen por las tardes en la Glorieta Rodolfo Sánchez Taboada, mejor conocida como El Clavadista. Este, es un mirador al pie de un acantilado de poco más de 14 metros de altura que recibe a valientes hombres que quieran romper las olas del océano pacífico haciendo gala de sus mejores saltos. El espectáculo inicia a medio día y finaliza poco antes de medianoche.
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Esta tradición, que inició en 1960, es muy similar a la de La Roqueta en Acapulco, Guerrero. Sin embargo, al pasar de los años, los clavadistas de Mazatlán también han ganado popularidad y hoy en día logran reunir a grandes multitudes, sobre todo por la noche cuando añaden un toque especial saltando con antorcha en mano.
La tensión del público se siente antes del meticuloso salto, pues en el trayecto existen rocas que, con el golpe de las olas del mar, se han afilado al pasar de los años. Los clavadistas son ovacionados una vez que deciden realizar su hazaña y son recibidos con vitoreo una vez que emergen del océano.
Definitivamente la mejor hora para observar la pericia de estos clavadistas es al atardecer. Los espectáculos son gratuitos, sin embargo, los participantes aceptan propinas.
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