Descubre una fascinante historia
En 1975 inicia la historia del
Fuerte de San Felipe Bacalar, nombrado por decreto Patrimonio Histórico Nacional. Hoy, es uno de los principales atractivos del
Pueblo Mágico, tanto por su historia como por su ubicación, a un costado de la laguna de los siete colores.
La fortaleza tuvo la encomienda de proteger y preservar a la comunidad maya de Bacalar, de los constantes ataques de piratas ingleses, franceses y holandeses. Por lo tanto, sus muros fueron levantados con piedras calizas, marinas y volcánicas, para soportar los embates. El diseño estuvo a cargo del italiano Juan Podio, quien le dio forma de estrella de cuatro picos, cada uno designado para albergar los baluartes de Santa Ana, San Arturo, Santa María y San Joaquín.
La parte alta del fuerte, que hoy se puede caminar, fue equipada como almacén de pólvora, capilla, sala de armas, almacén de víveres y cuartel de tropas. Alrededor se colocaron 34 cañones, de los cuales solo se conservan 11. Posteriormente, el Fuerte de San Felipe fue reforzado con un puente levadizo y torres de vigía desde donde se contempla toda la laguna de
Bacalar.
En la década de los ochenta, el fuerte fue convertido en museo. Desde entonces, tiene una colección de restos arqueológicos mayas y de la Colonia, como municiones, armas, mapas y planos. También hay seis pantallas gigantes donde se proyectan recreaciones de ataques piratas y cómo se fundó el pueblo de
Bacalar. Con frecuencia se llevan a cabo veladas culturales.
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En 1975 inicia la historia del
Fuerte de San Felipe Bacalar, nombrado por decreto Patrimonio Histórico Nacional. Hoy, es uno de los principales atractivos del
Pueblo Mágico, tanto por su historia como por su ubicación, a un costado de la laguna de los siete colores.
La fortaleza tuvo la encomienda de proteger y preservar a la comunidad maya de Bacalar, de los constantes ataques de piratas ingleses, franceses y holandeses. Por lo tanto, sus muros fueron levantados con piedras calizas, marinas y volcánicas, para soportar los embates. El diseño estuvo a cargo del italiano Juan Podio, quien le dio forma de estrella de cuatro picos, cada uno designado para albergar los baluartes de Santa Ana, San Arturo, Santa María y San Joaquín.
La parte alta del fuerte, que hoy se puede caminar, fue equipada como almacén de pólvora, capilla, sala de armas, almacén de víveres y cuartel de tropas. Alrededor se colocaron 34 cañones, de los cuales solo se conservan 11. Posteriormente, el Fuerte de San Felipe fue reforzado con un puente levadizo y torres de vigía desde donde se contempla toda la laguna de
Bacalar.
En la década de los ochenta, el fuerte fue convertido en museo. Desde entonces, tiene una colección de restos arqueológicos mayas y de la Colonia, como municiones, armas, mapas y planos. También hay seis pantallas gigantes donde se proyectan recreaciones de ataques piratas y cómo se fundó el pueblo de
Bacalar. Con frecuencia se llevan a cabo veladas culturales.
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