El Parque Nacional Cumbres de Monterrey es sinónimo de cañonismo en México, una actividad turística, recreativa y deportiva. En torno al Pueblo Mágico de Santiago hay al menos cinco puntos donde practicarlo, de preferencia con equipo apropiado y guías experimentados.
La actividad se desarrolla en un cañón, de ahí su nombre, por el que se avanza (en ocasiones sin opción de dar marcha atrás) saltando o deslizándose por saltos de agua, bajando en rapel, caminando por arroyos, metiéndose en cuevas y enfrentando toda clase de desafíos.
Existen muchas opciones y rutas: cañonismo seco o húmedo, diferentes grados de dificultad, lugares como Matacanes, Hidrofobia, El Laberinto, El Salto o Chipitín.
Los expertos aseguran que la ruta de Matacanes, que se recorre en unas diez horas, es la más completa porque incluye todos los desafíos del cañonismo: toboganes, cascadas por las que se desciende a rapel, pozas en las que se debe nadar, caminata, saltos al agua (el más alto obligatorio es de cuatro metros de alto), cavernas y hasta un río subterráneo.
Aunque Hidrofobia no se queda atrás y también califica entre los recorridos favoritos de los amantes del cañonismo. Ubicado en Potrero Redondo, incluye una caminata a la cascada Chipitín, de 75 metros de alto, toboganes naturales, un salto de 15 metros en una cascada, nado en canales de aguas cristalinas y sorpresas inesperadas.
Pero quienes prefieran empezar con algo más suave, pueden optar por El Laberinto, donde se practica el cañonismo seco apto para toda la familia, que incluye rapel y tirolesa. Esta excursión se puede complementar con una visita a El Salto, que incluye una caminata por el Cañón de San Cristóbal para llegar a un hoyo de 80 metros de profundidad que se desciende a rapel (o caminando los que no se animen).
El Parque Nacional Cumbres de Monterrey es sinónimo de cañonismo en México, una actividad turística, recreativa y deportiva. En torno al Pueblo Mágico de Santiago hay al menos cinco puntos donde practicarlo, de preferencia con equipo apropiado y guías experimentados.
Ver más información
La actividad se desarrolla en un cañón, de ahí su nombre, por el que se avanza (en ocasiones sin opción de dar marcha atrás) saltando o deslizándose por saltos de agua, bajando en rapel, caminando por arroyos, metiéndose en cuevas y enfrentando toda clase de desafíos.
Existen muchas opciones y rutas: cañonismo seco o húmedo, diferentes grados de dificultad, lugares como Matacanes, Hidrofobia, El Laberinto, El Salto o Chipitín.
Los expertos aseguran que la ruta de Matacanes, que se recorre en unas diez horas, es la más completa porque incluye todos los desafíos del cañonismo: toboganes, cascadas por las que se desciende a rapel, pozas en las que se debe nadar, caminata, saltos al agua (el más alto obligatorio es de cuatro metros de alto), cavernas y hasta un río subterráneo.
Aunque Hidrofobia no se queda atrás y también califica entre los recorridos favoritos de los amantes del cañonismo. Ubicado en Potrero Redondo, incluye una caminata a la cascada Chipitín, de 75 metros de alto, toboganes naturales, un salto de 15 metros en una cascada, nado en canales de aguas cristalinas y sorpresas inesperadas.
Pero quienes prefieran empezar con algo más suave, pueden optar por El Laberinto, donde se practica el cañonismo seco apto para toda la familia, que incluye rapel y tirolesa. Esta excursión se puede complementar con una visita a El Salto, que incluye una caminata por el Cañón de San Cristóbal para llegar a un hoyo de 80 metros de profundidad que se desciende a rapel (o caminando los que no se animen).
Ver menos