A las afueras de Sahuayo, se ubica un sistema de cavernas gigantes que sirvieron como refugio para los cristeros. Una de ellas es la Barranca del Convento, bañada por cascadas que forman la corriente de un río. Caminar entre arroyos y escalar las piedras es parte de la expedición.
Aquí también se encuentra la Cueva de Espinoza, debido a su altura, los mártires la utilizaban como punto de vigilancia. A un costado, en la Cueva de los Pisos, permanece un boquete en el centro por donde se escapaban.
A las afueras de Sahuayo, se ubica un sistema de cavernas gigantes que sirvieron como refugio para los cristeros. Una de ellas es la Barranca del Convento, bañada por cascadas que forman la corriente de un río. Caminar entre arroyos y escalar las piedras es parte de la expedición.
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Aquí también se encuentra la Cueva de Espinoza, debido a su altura, los mártires la utilizaban como punto de vigilancia. A un costado, en la Cueva de los Pisos, permanece un boquete en el centro por donde se escapaban.
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