El Pueblo Mágico Nombre de Dios fue el punto de partida de las misiones franciscanas para evangelizar el territorio que hoy ocupan los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua. Por ello, es un destino donde se puede hacer turismo religioso y conocer iglesias del siglo XVI.
El más importante es el Templo de San Francisco, ubicado en la plaza principal del pueblo. Aquí se ofició la primera misa en “nombre de Dios”. Hoy se pueden apreciar los vestigios de su antigua fachada con un arco de medio punto que fungía como entrada principal y un par de nichos que se abren bajo una ventana octagonal.
Otra construcción religiosa que flanquea la plaza es la Parroquia de San Pedro Apóstol con su fachada original del siglo XVI, la misma donde se asentaron los españoles para iniciar su expansión hacia Zacatecas.
Sobre la calle Coronado, el Templo de Jesús Nazareno representa una historia de 400 años. Tras su fachada barroca se resguardan tres cristos procesionales articulados (con los brazos móviles para bajarlos de la cruz) y pinturas al fresco con algunas estaciones del viacrucis.
Entre las esculturas más populares de esta iglesia está la de Santiago Apóstol que, montado en su caballo, tiene un gran número de fieles que le regalan ropa y otros objetos. Quizás uno de los obsequios más curiosos sean unas botas con espuelas para que “salga a pasear por el pueblo”.
El Pueblo Mágico Nombre de Dios fue el punto de partida de las misiones franciscanas para evangelizar el territorio que hoy ocupan los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua. Por ello, es un destino donde se puede hacer turismo religioso y conocer iglesias del siglo XVI.
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El más importante es el Templo de San Francisco, ubicado en la plaza principal del pueblo. Aquí se ofició la primera misa en “nombre de Dios”. Hoy se pueden apreciar los vestigios de su antigua fachada con un arco de medio punto que fungía como entrada principal y un par de nichos que se abren bajo una ventana octagonal.
Otra construcción religiosa que flanquea la plaza es la Parroquia de San Pedro Apóstol con su fachada original del siglo XVI, la misma donde se asentaron los españoles para iniciar su expansión hacia Zacatecas.
Sobre la calle Coronado, el Templo de Jesús Nazareno representa una historia de 400 años. Tras su fachada barroca se resguardan tres cristos procesionales articulados (con los brazos móviles para bajarlos de la cruz) y pinturas al fresco con algunas estaciones del viacrucis.
Entre las esculturas más populares de esta iglesia está la de Santiago Apóstol que, montado en su caballo, tiene un gran número de fieles que le regalan ropa y otros objetos. Quizás uno de los obsequios más curiosos sean unas botas con espuelas para que “salga a pasear por el pueblo”.
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