Una piedra negra de plata que encontró en 1631 el alférez Juan Rangel de Biezma resultó inmediatamente en la fundación de una ciudad, la apertura de una mina riquísima y el nacimiento de una leyenda que asegura que el militar en realidad vio en el cerro a una muchacha morena muy bella de la que se enamoró y que por ese motivo bautizó la mina como La Negrita, que más tarde derivaría en La Prieta.
El yacimiento estuvo en activo durante 345 años hasta que el agua que escurría sobre las piedras hizo imposible su explotación. En la actualidad, la mina se convirtió en un museo que tiene como objetivo dar a conocer la actividad minera que generó el auge de la región durante los tiempos de la colonia.
Durante la visita, es posible obtener información sobre las técnicas de extracción de los minerales y retroceder en el tiempo para comprender cómo era la vida de las personas que trabajaban en el lugar.
Una piedra negra de plata que encontró en 1631 el alférez Juan Rangel de Biezma resultó inmediatamente en la fundación de una ciudad, la apertura de una mina riquísima y el nacimiento de una leyenda que asegura que el militar en realidad vio en el cerro a una muchacha morena muy bella de la que se enamoró y que por ese motivo bautizó la mina como La Negrita, que más tarde derivaría en La Prieta.
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El yacimiento estuvo en activo durante 345 años hasta que el agua que escurría sobre las piedras hizo imposible su explotación. En la actualidad, la mina se convirtió en un museo que tiene como objetivo dar a conocer la actividad minera que generó el auge de la región durante los tiempos de la colonia.
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